Cómo el intestino afecta a la mente: Terapia del eje intestino-cerebro en Estambul (Turquía)

Por el Dr. Erdinç Civelek
Por qué importa tanto el eje intestino-cerebro
Soy el Prof. Dr. Erdinç Civelek, médico e investigador especializado en neuroinflamación crónica y terapias regenerativas en enfermedades del sistema nervioso central y periférico. Mis artículos científicos se han publicado en muchas revistas médicas internacionales de alta calidad y, en la práctica, combino la medicina basada en pruebas con un enfoque personalizado e integrador para tratar afecciones complejas.
Así que vamos a sumergirnos…
Nuestro cuerpo no es sólo una suma de órganos. Es un sistema altamente inteligente. Y dos de los órganos más infravalorados de este sistema -al menos en cuanto a su profunda interacción- son el intestino y el cerebro.
Aún recuerdo a una paciente que acudió a mí con problemas digestivos persistentes. Pero lo que me impresionó más que sus síntomas fue la forma en que describía su vida: «Doctor, hace años que no me siento yo misma. Mis pensamientos son confusos. Me siento ansiosa sin motivo». Después de unos meses de restablecer su salud intestinal, volvió y dijo algo que nunca olvidaré: «Cuando mi vientre se calmó, mi mente volvió.»
Esa frase se me quedó grabada.
Hoy quiero adentrarle en el fascinante mundo de lo que la medicina denomina ahora el Eje Intestino-Cerebro. No se trata de un término de moda. Es una realidad científica, y comprenderla puede cambiar la vida de los pacientes que se sienten invisibles, mal diagnosticados o incomprendidos.
Tabla de contenidos
¿Qué es el eje intestino-cerebro y por qué es tan importante?
El eje intestino-cerebro se refiere al sistema de comunicación bidireccional entre el tubo digestivo y el cerebro. No son sólo imágenes poéticas. Es una realidad literal y biológica.
Te lo explicaré de forma sencilla: Tu intestino y tu cerebro están en constante conversación, por eso se llama eje intestino-cerebro. Se comunican a través de:
- Señales nerviosas – especialmente a través del nervio vago
- Hormonas y neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina y el GABA.
- Moléculas inmunitarias – como las citoquinas que viajan por el torrente sanguíneo
- Microbiota intestinal: billones de bacterias que producen sustancias químicas reguladoras del estado de ánimo.
A menudo nos referimos al intestino como el «segundo cerebro», y es algo más que una frase pegadiza. Alberga una vasta red de neuronas -más que algunas partes del sistema nervioso central- y está profundamente implicado en la producción de neurotransmisores como la serotonina, la toma de decisiones sobre las respuestas inmunitarias y el control de la inflamación.
Por lo tanto, cuando su intestino está inflamado, desequilibrado o desregulado, no sólo sufre su digestión. Esta inflamación afecta negativamente a toda la red neuronal del sistema nervioso y, por supuesto, las emociones, la claridad y la energía también sufren mucho.

¿Cuándo es útil el tratamiento del eje intestino-cerebro?
A menudo me encuentro con pacientes que llegan cargados con un rompecabezas de síntomas que nadie ha conseguido recomponer. Mencionan hinchazón abdominal, fatiga constante, mente nublada, noches en vela o una sensación de ansiedad que parece surgir de la nada. Algunos se sienten irritables sin motivo. La mayoría ya ha visitado a varios médicos, se ha sometido a innumerables pruebas y, aun así, se marcha sin respuestas reales, solo más confusión.
¿El hilo conductor? Una alteración en el eje intestino-cerebro.
Algunos se sorprenden al oír que lo que ocurre en su intestino puede estar relacionado con lo que sienten en su mente. Pero lo cierto es que este eje rige una amplia gama de estados físicos y emocionales y, a veces, incluso trastornos del desarrollo.
Miro el Eje Intestino-Cerebro cuando los pacientes sufren de:
- Síndrome del intestino irritable (SII)
- Fatiga crónica o agotamiento
- Síntomas largos de COVID
- Ansiedad persistente o depresión leve
- Inflamación crónica o tendencias autoinmunes
- Síntomas neurológicos precoces (como en el Parkinson o la EM)
- Problemas de sueño o noches inquietas sin causas evidentes
- Desequilibrios del neurodesarrollo como el trastorno del espectro autista (TEA)
Lo he visto especialmente en niños autistas: el intestino no sólo está implicado, sino que está profundamente enredado en el panorama general. Cuando los sistemas digestivo e inmunitario están en constante tensión, no sólo afecta al cuerpo, sino que puede influir en el desarrollo, la reacción y la comunicación del cerebro. Esto ya no es teoría. Cada vez tenemos más pruebas -y experiencia clínica- de que tratar la inflamación intestinal desde el principio puede marcar una diferencia real. En Turquía, se ha convertido en una práctica médica habitual ayudar a los niños autistas con terapia de células madre y tratamientos basados en exosomas. Estos enfoques biológicos están diseñados para ayudar a calmar la inflamación crónica, regular el sistema inmunitario y crear mejores condiciones para el desarrollo emocional y sensorial.
Por supuesto, no todas las personas necesitan una intervención intestino-cerebro completa. Pero cuando alguien muestra signos que afectan a varios sistemas (trastornos digestivos, crisis inmunitarias, desregulación emocional, agobio sensorial), vale la pena preguntarse: ¿Podría estar todo relacionado? La mayoría de las veces, la respuesta es sí. Y reconocer ese vínculo puede ser el momento en que por fin todo empiece a tener sentido.
Lo que la mayoría de los pacientes no sabe: Mitos y malentendidos
Muchas personas entran en mi consulta con algo más que síntomas: con dudas. Dudas sembradas por años en los que se les ha dicho: «Probablemente sólo está en tu cabeza», o «Sólo estás estresado». Algunos han sido descartados con un despreocupado: «Intenta cambiar tu dieta». Quiero decir algo claramente, como su médico: lo que está sintiendo es real. No es imaginario. La mayoría de las veces, lo que ocurre es una inflamación silenciosa y latente en el intestino, del tipo que se acumula lentamente por el estrés diario, los antibióticos repetidos, los alimentos procesados o las bacterias intestinales desequilibradas. Y esa inflamación no se queda donde empezó. Viaja. Susurra a tu sistema nervioso. Desestabiliza tu estado de ánimo, nubla tus pensamientos y reconfigura tu forma de experimentar la vida.
Mitos comunes que me gusta aclarar:
- «Es todo psicológico». En absoluto. Hay cambios medibles en el intestino que afectan al funcionamiento del cerebro.
- «Sólo con comida sana se arregla». La nutrición es fundamental, pero también lo son la modulación de la microbiota y el control de la inflamación.
- «Sólo necesitas relajarte». Nadie puede relajarse cuando su intestino está inflamado y su química cerebral está apagada.
Lo que podemos conseguir juntos:
- Disminuir la inflamación sistémica
- Restaurar la integridad de la mucosa intestinal
- Equilibrar la producción de neurotransmisores
- Mejorar la resistencia y la claridad
No, no es magia. Pero es medicina: personalizada, respetuosa y holística. Así es como ejerzo.
Cómo funciona el tratamiento del eje intestino-cerebro – desde la perspectiva de un médico
Cuando tratamos el eje intestino-cerebro, no nos limitamos a recetar pastillas. Creamos una hoja de ruta personalizada. Así es el proceso en la vida real:
Paso 1: Ingesta médica profunda
Empezamos escuchando. Pregunto por los síntomas, los antecedentes, los medicamentos anteriores, el estilo de vida, la dieta, los niveles de estrés e incluso la historia del parto. El objetivo es determinar todas las influencias físicas, emocionales y microbianas.
Paso 2: Pruebas específicas (sólo cuando sean útiles)
- Marcadores inflamatorios
- Análisis de la microbiota fecal
- Indicadores de permeabilidad intestinal (zonulina, calprotectina)
- Paneles hormonales y de neurotransmisores (si es necesario)
Paso 3: Intervenciones a medida
- Terapia nutricional antiinflamatoria
- Apoyo al microbioma (probióticos, prebióticos, postbióticos)
- Regulación del eje del estrés (adaptógenos, herramientas de estilo de vida, trabajo respiratorio)
- Reparación de la mucosa intestinal (por ejemplo, glutamina, carnosina de zinc, polifenoles)
- Apoyo neuroinflamatorio (omega-3, curcumina, butirato)
- Neurorregeneración (células madre y exosomas)
Etapa 4: Seguimiento y adaptación
La curación del eje intestino-cerebro no es lineal. Es un proceso dinámico. Nos mantenemos en contacto, hacemos los ajustes necesarios y nos centramos no sólo en las cifras del laboratorio, sino en cómo se siente el paciente: emocional, mental y físicamente.

Qué resultados son posibles y cuándo aparecen
Una de las preguntas más frecuentes que me hacen los pacientes es:
«¿Cuánto tardaré en sentirme mejor?».
No hay una respuesta universal. El eje intestino-cerebro no es un interruptor de la luz: es un sistema de equilibrio. Pero en mi experiencia clínica, esto es lo que una trayectoria típica puede parecer:
⏱ Primeras 2-4 semanas:
- Reducción de la hinchazón y el dolor digestivo
- Ligeras mejoras en el estado de ánimo y la energía
- Patrones de sueño más estables
- Menos niebla cerebral por las mañanas
🕰 4-8 semanas:
- Cambios notables en la resistencia al estrés
- La reactividad emocional suele disminuir
- Los pacientes dicen sentirse «más ellos mismos»
- La calidad de las heces se estabiliza
⌛ 3-6 meses:
- Disminuyen los marcadores de inflamación sistémica
- El peso se normaliza (si está relacionado con la inflamación)
- Los niveles de ansiedad pueden mejorar sin necesidad de medicación psiquiátrica
- Vuelve la claridad cognitiva y la concentración
Pero repito: el progreso no siempre es lineal. Algunos pacientes empeoran antes de mejorar; esto no es un retroceso, sino parte de la recalibración inmunitaria. Lo importante es la orientación constante, el seguimiento y la confianza en el proceso.
Lo que dice la ciencia
Aunque apenas estamos empezando a comprender todo el poder del eje intestino-cerebro, la investigación científica ya ha confirmado gran parte de lo que observamos clínicamente. Permítanme mencionar dos ejemplos relevantes:
🧪 1. Cryan et al. (Nature Reviews Neuroscience, 2019)
Este estudio histórico demostró que las bacterias intestinales influyen en la función cerebral modulando la producción de neurotransmisores, hormonas del estrés y marcadores inflamatorios. Los autores destacaron el potencial de las terapias basadas en microbiomas para tratar la depresión, la ansiedad e incluso los trastornos cognitivos.
Enlace PubMed
🧪 2 Mayer et al (Gastroenterology, 2020)
Esta revisión puso de relieve cómo la hipersensibilidad visceral y la inflamación intestinal de bajo grado están relacionadas con la ansiedad y la conectividad cerebral alterada, especialmente en pacientes con SII.
Enlace PubMed
Estos hallazgos refuerzan lo que vemos en la vida real:
Trate el intestino con sabiduría, y el cerebro a menudo le sigue.
¿Para quién es este tratamiento y para quién no?
✅ Eres un buen candidato si:
- Ha tenido síntomas digestivos y emocionales crónicos que no responden al tratamiento convencional
- Quiere explorar la medicina funcional respaldada por la ciencia, no por modas pasajeras
- Estás preparado para ver el cuerpo como un sistema, no como partes aisladas.
- Te sientes «apagado» de una manera que los laboratorios por sí solos no pueden explicar
⚠️ Puede que no sea correcto si:
- Esperas soluciones de la noche a la mañana o píldoras milagrosas
- Está recibiendo quimioterapia activa o inmunosupresión (estos casos requieren una consideración especial).
- No está dispuesto a cambiar su dieta, estilo de vida o medicación, ni siquiera temporalmente.
- Padeces una enfermedad psiquiátrica grave no controlada (aunque podemos ayudarte como parte de un equipo asistencial más amplio).
Siempre digo: no se trata de perfección, sino de participación. La curación funciona mejor cuando el paciente se convierte en socio del proceso.

Cómo es el proceso – paso a paso
Permíteme explicarte cómo es iniciar este viaje a nuestro cuidado. Lo hemos diseñado para que te sientas seguro, claro y empoderado.
🩺 Paso 1: Consulta inicial
Nos sentamos, de paciente a médico. Escucho su historia completa, no sólo los síntomas. Juntos decidimos si el enfoque intestino-cerebro tiene sentido en tu caso.
🧪 Paso 2: Pruebas funcionales (si procede)
No todos los casos necesitan pruebas. Pero cuando las utilizamos, son específicas y significativas. Entenderá por qué se pide cada una.
📋 Paso 3: Planificar el diseño
A partir de sus datos, creamos un protocolo personalizado:
– Apoyo al revestimiento intestinal
– Control de la inflamación
– Regulación del sistema nervioso
– Herramientas de resiliencia emocional
🧘 Paso 4: Seguimiento y ajuste
Nos registramos. Nos adaptamos. No se trata de un arreglo puntual, sino de un diálogo entre tu cuerpo y tú, en el que yo guío el proceso.
💬 Paso 5: Atención continuada
Continuamos hasta que se sienta no sólo mejor, sino estable. No tiene que depender de los suplementos para siempre, mi objetivo es que su sistema vuelva a autorregularse.
La opinión de los pacientes
«Vine al Dr. Civelek después de dos años de ir de un médico a otro. Tenía ansiedad, fatiga y síndrome del intestino irritable, pero ninguna respuesta. En tres meses, dormía toda la noche y volvía a reír. Sentí como si por fin alguien hubiera atado cabos».
– Aysun, 34 años
«No esperaba gran cosa, la verdad. Sólo quería que dejara de dolerme el estómago. Pero conseguí más: Recuperé mi claridad. Puedo pensar de nuevo. Siento que controlo mis emociones. Fue inesperado y hermoso».
– Faruk, 47 años
No son milagros. Son lo que ocurre cuando tratamos a la persona en su totalidad, no sólo partes del cuerpo.
Calidad, seguridad y ética
- Los tratamientos y las evaluaciones se realizan en un entorno clínico certificado
- Seguimos estrictas normas de higiene y diagnóstico
- Me he formado ampliamente tanto en medicina convencional como funcional
- Nunca hacemos promesas exageradas ni pretendemos «curar» enfermedades más allá de lo médicamente realista.
- No vendemos paquetes de suplementos ni análisis de laboratorio innecesarios.
En resumen: ofrecemos atención real, no trucos.
Reflexiones finales: palabras personales de su médico
Si has leído hasta aquí, quizá algo resuene en ti. Tal vez se haya sentido perdido en el sistema sanitario. Tal vez sus análisis sean «normales», pero su vida no lo es. Puede que estés cansado de que te digan que es solo estrés o, peor aún, que todo está en tu cabeza.
Permítame tranquilizarle:
Tu experiencia es real. Tus síntomas son válidos. Y tu historia importa.
Puede que el eje intestino-cerebro no sea una solución mágica. Pero en muchos casos, abre una puerta que conduce de nuevo al equilibrio, la claridad y la esperanza.
Si te sientes preparado, estoy aquí para escucharte.
Sin presiones. Sin ventas rápidas. Sólo medicina honesta.
Saludos cordiales,
Erdinc CIVELEK, MD, PhD (C)
Profesor de Neurocirugía
Doctorando en Inmunología y Células Madre
Presidente de la Sociedad de Células Madre y Terapias Celulares
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